Leído en diciembre de 2014
Judas Coyne es una estrella de rock que colecciona objetos macabros, como un recetario para caníbales o la soga con la que ahorcaron a un condenado. Un día, su secretario particular le dice que ha encontrado una curiosa subasta por internet, en la que ofrecen el traje de un cadáver, aparentemente embrujado, que Judas adquiere… Al inicio, todo parece normal. Después de todo, ¿no ha lidiado toda su vida con fantasmas: el fantasma de un padre abusivo, de romances abandonados, de compañeros a los que dio la espalda?, ¿por qué no podría con un fantasma más en su vida? Sin embargo, poco a poco las cosas cambian y un mundo de terror y misterio le depara cosas que ni siquiera el excéntrico Jude pudo imaginar…
El traje del muerto es el primer y hasta ahora más popular libro de Joe Hill, hijo de nada más y nada menos que Stephen King. Joe decidió seguir los pasos de su padre y escribir historias de terror, el traje del muerto es el primer libro de este autor que leo, y he de decir que no lo hizo nada mal.
conocemos a Judas Coyne, una estrella prácticamente retirada del mundo del rock pero que aun cuenta con una enorme legión de seguidores y que a base de esfuerzo se convirtió en una estrella de culto. Judas tiene una afición por coleccionar objetos tétricos, por lo cual cuando su asistente le dice que ha encontrado a la venta un fantasma no lo duda y lo adquiere. El fantasma le será enviado a través de un traje que se supone es a lo que el espíritu quedó adherido.
Judas recibe el traje e inmediatamente comienzan a pasar cosas extremadamente raras, y por supuesto todo agrava para todos cuando el fantasma se deja ver por fin. el fantasma resulta no ser un fantasma común y corriente, sino que este ente tiene una misión específica y no descansará hasta cumplirla.
Para ser su primer novela, y en este género me ha parecido un excelente debut. La historia está bastante plausible y aunque tiene un pasaje que recuerda las películas de terror serie B se perdona por el resto del contenido. Y en honor a la verdad debo decir que algunas escenas se me quedaron guardadas en la memoria.
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