en la Ciudad de México durante la segunda década del siglo XX, cuando los volcanes y los gallos aún estaban al alcance de nuestros sentidos. La danza, el amor y la ciudad son los tres elementos con que Ángeles Mastretta construye un amplio relato en cuyo curso la escritura baila sin parar.
Ninguna eternidad como la mía es un relato corto, pero cargado de la magia a la que Angeles Mastretta me tiene ya acostumbrada. Es una historia más que de amor es una historia de desamor.
Isabel Arango, es una niña nacida en algún puerto de Veracruz, cuya máxima pasión en esta vida es la danza, a los 17 años, Isabel decide irse a vivir al DF para poder tomar clases de danza de forma profesional. Después de 3 años de estudiar danza en el DF, conoce a Javier Corzas, un telegrafista con aspiraciones de poeta, del que se enamora perdidamente.
Ninguna eternidad como la mía, nos lleva de la mano a través de la historia de amor de Isabel, una historia muy semejante en la que muchos nos veremos reflejados. Es una historia sobre cómo el amor te lleva a tocar el cielo y como todo lo que conocemos al llegar a su fin, logra arrastrarte a los más profundos abismos.
Es un libro muy cortito que se puede leer perfectamente en una tarde. No se si es porque en mi vida estoy atravesando por un periodo de desengaño del amor, pero el libro me parece perfecto.
* Cuídate el corazón -Oyó decir a su padre. -Te lo dejo-contestó ella.
* La vida valdrá la pena mientras haya en el mundo seres capaces de hacer magia cuando profesan su pasión.
* -¿De qué cielo caíste, mujer endiablada? -dijo el poeta.
* -Soy poeta y trabajo en telégrafos. Pero desde hoy me dedico a mirarte.
* Ese hombre en la cara lleva escrito el “yo gano siempre y cuando pierdo arrebato”
* Así es como la gente se pierde las cosas buenas de la vida. Por puro prejuicio.
* -De señorita si voy a pasar -dijo Isabel. -Pues no sé cómo, porque con esos ascos a lo viscoso.
* Es ley bailar de amores, embriagarse, ir al cielo con zapatos y sin futuro, no tener miedo de morirse ni de estar vivo.
* Es ley de puro enamorado se llegue a no sentir hambre, cansancio, a no tratar con el tiempo y sus desmanes, a ser dueño de la luz y de la noche.
* -Salud -dijo-, porque la vida sea más sobria de lo que te parece.
* Yo Isabel Arango Priede, me comprometo a vivir con intensidad y regocijo, a no dejarme vencer por los abismos del amor, ni por el miedo que de este me caiga encima, ni por el olvido, ni siquiera por el tormento de una pasión contradecida. Me comprometo a recordar, a conocer mis yerros, a bendecir mis arrebatos. Me comprometo a perdonar los abandonos, a no desdeñar nada de todo lo que me conmueva, me deslumbre, me quebrante, me alegre. Larga vida prometo, larga paciencia, historias largas. Y nada abreviaré que deba sucederme, ni la pena ni el éxtasis, para que cuando sea vieja tenga como deleite la detallada historia de mis días.
* -Cómo te quiero, Corzas. Me doy miedo.
* Todos son distintos hasta que se vuelven iguales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario